La mañana amanecía despejada y fresca pero limpia. Como somos previsores ya íbamos con los petates preparados y con la ropa de salir a andar (salvo calzado) así que nos abrigamos con la chaqueta del neopreno y tiramos para arriba junto al tubo.
En seguida entramos en calor, y mi compañero decidió quitarse la chaqueta, yo soy bastante friolero...ante la duda mejor sudar.
Esta vez no dudamos en la ruta de acceso y en una hora estábamos al otro lado, bajo el tremendo, enorme y espectacular paredón desplomado. Aquí nos ataviamos con todo el equipo, antes de comenzar a descender hacia el primer rapel.
Una pena no tener más fotos de la jornada ya que el paisaje estaba precioso...y la cueva aun más.
Mientras instalábamos el primer rapel, previo al común que sale en los croquis, tenía la sensación de que el sonido del agua llegaba con más fuerza que la primera vez que estuvimos.
Ya en el segundo rapel y tras solventar un leve contratiempo con la longitud del rapel, los dos afirmábamos que había más agua.
El resto todo disfrute: una vez dentro de la cueva, encontramos un barranco con más vida, con más caracter. Lo disfrutamos como enanos, parecía otra Leze a la que conocimos.
Primer barranco del 2014 en enero y sin pasar frio, algo en los pies, pero algo normal de este deporte. Todo un lujo!!!
