domingo, 17 de febrero de 2013

Sonriendo cuesta arriba

Supongo que este finde ha sido el FINDE. Muchos esperábamos una ventana de buen tiempo para volver a coger la bici, ir al monte...etc y por fin ha llegado.
Y estas oportunidades no hay que desaprovechar, nunca se sabe lo que pasará después. Asi que tras madrugar un poquillo y con la buenísima compañía de Asier nos hemos dirigido a Larraitz (401m) con la intención inicial de subir a Larrunarri. Pero visto el gentio en el parking y tras ir adelantando a los grupos hasta la fuente, finalmente hemos decidido tirar hacia las campas de aralar sin rumbo, pero con muchas ganas de andar y disfrutar del precioso paisaje.

Llegados a este punto donde esta sacada la foto, hemos barajado varias opciones (teniendo en cuenta el horario de comida estandar de un domingo cualquiera como tope para la vuelta, claro está), hemos decidido seguir hacia Arrubi (1.320). Una vez aqui y tras mirar el reloj y admirar las preciosas vistas y las avalanchas vecinas a nuestra posición, hemos seguido a buen ritmo hasta Ganbo Txiki (1.382 metros).
La decisión de no ascender al Txindoki ha sido de lo más acertada, ya que hemos tenido todas las campas y rampas practicamente para nosotros solos, ademas de un paisaje que bien podriamos encontrar en cualquier otro lugar a miles de kilometros de nuestra tierra.


Aqui las vistas desde la cima, y puedo decir que la foto (click en ella para aumentar) no hace justicia a lo que allí se podía disfrutar. Y eso es lo que hemos hecho, disfrutar mucho, y sonreir, a pesar de ir cuesta arriba y de estrenar botas (que se han portado fenomenal y no me han hecho pupa en los pies).
A los dos nos ha dado pena tener que volver, y es que a pesar de que poco a poco parecia que se iba a ir nublando, el día y la montaña invitaban a seguir pateando y sonriendo.
Que se le va a hacer, lo bueno es esto,  volverse con ganas de más!!!

Para la vuelta hemos elegido seguir hacia el collado que da a la rampa final del Txindoki, con intención de descender por el barranco que lleva hasta la antena, pero no nos ha gustado mucho el panorama y hemos tirado para abajo en travesia lateral por encima del pisado camino que usaba todo el mundo, metiéndome en algún punto hasta medio muslo.
Y ya aqui he empezado a notar las consecuencias de los muchos dias de confinamiento hogareño en los punto débiles de mis piernas...y es que ni me acuerdo de la ultima vez que pise el monte...que no se repita!!!


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